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Ahora echemos un vistazo más de cerca a la Hepatitis C. El virus de la hepatitis C (también conocido como VHC) se reproduce en el hígado causando inflamación y, posiblemente, cirrosis, insuficiencia hepática, o cáncer de hígado de forma similar al virus de la Hepatitis B Sin embargo, el VHC es un virus diferente que tiene sus propias características. Una persona puede estar infectada y no presentar signos o síntomas, y puede vivir con el virus durante décadas sin saberlo mientras que el virus daña a su hígado. Alrededor del 80% de las personas expuestas desarrollan una infección crónica. Y sólo un 20% son realmente capaces de eliminar el virus al desarrollar una inmunidad natural. Existen alrededor de 3.2 millones de personas en los EE.UU. infectadas con el VHC, con aproximadamente 17,000 nuevos casos al año. Las muertes por enfermedad crónica cada año alcanzan aproximadamente las 12,000. Los síntomas no son fiables y no constituyen una manera efectiva para detectar el VHC. Usted debe realizarse una prueba apropiada para estar seguro. Algunos de los síntomas incluyen piel amarillenta o ictericia, coloración amarilla en los ojos, cansancio, pérdida del apetito, náuseas, orina oscura, dolor en las articulaciones, dolor abdominal malestar, a veces grave, fiebre, y heces de color arcilla. A diferencia del VIH o VHB, la Hepatitis C se transmite principalmente a través del contacto con la sangre de una persona infectada por medio de agujas. La Hepatitis C se transmite generalmente por: Tatuajes o perforaciones realizadas con equipo no esterilizado. Compartir jeringas para el consumo de drogas intravenosas (que actualmente es el medio más común de transmisión del VHC en los Estados Unidos). Recibir donaciones de sangre, productos sanguíneos, y órganos (en el pasado un medio común de transmisión pero actualmente poco frecuente en los Estados Unidos desde que los análisis de sangre se volvieron disponibles en 1992). Trasmisión al nacer de una madre infectada con Hepatitis C. Heridas por aguja en un entorno de atención médica, aunque este representa un porcentaje bajo de infección por VHC. El VHC también se puede contagiar con menor frecuencia por medio de relaciones sexuales con una persona infectada con el VHC, o al compartir objetos personales contaminados con sangre infecciosa, tales como rasuradoras o cepillos de dientes. Las personas infectadas por el VIH enfrentan un riesgo mucho mayor de infección por Hepatitis C. No existe evidencia de la transmisión del virus de la Hepatitis C por personas que preparan alimentos, maestros, u otros proveedores de servicios que no tienen contacto real de sangre-a-sangre. Al igual que el VIH y la Hepatitis B, el virus no se contagia por contacto casual como un apretón de manos, abrazos, manijas de puertas, utilizar el mismo equipo, o instalaciones públicas como sanitarios y bebederos. Tradicionalmente, no ha existido ninguna cura para el virus de la Hepatitis C. Sin embargo, en los últimos años nuevos fármacos han ofrecido grandes mejoras en la forma en que el virus de la Hepatitis C es tratado. Algunos estudios han llegado a curar hasta un 90% de las personas infectadas al tomar una combinación de nuevos fármacos aprobados por la FDA. La desventaja es que estos medicamentos son muy caros, y cuestan decenas de miles de dólares por el tratamiento requerido. Aún no existe una vacuna disponible para el VHC.
El virus de la hepatitis C (VHC) se reproduce en el hígado y causa inflamación y posiblemente cirrosis, insuficiencia hepática o cáncer de hígado, muy parecido al virus de la hepatitis B. Sin embargo, el VHC es un virus diferente con sus propios rasgos. Una persona puede estar infectada y no tener signos ni síntomas, y puede vivir con el virus durante décadas sin saberlo, mientras que el virus causa daño al hígado. Alrededor del 80% de las personas expuestas desarrollan una infección crónica. Solo alrededor del 20% son capaces de eliminar el virus mediante la creación natural de inmunidad. El VHC se transmite principalmente a través del contacto con la sangre de una persona infectada a través de agujas. No hay cura ni vacunación contra el VHC.